Apolo, hijo de Zeus y Leto
nació sietemesino teniendo Temis que alimentarlo con néctar y ambrosía.
Al cuarto día de su nacimiento, en prueba de su precocidad, pidió un arco y unas flechas para dirigirse al Monte Parnaso donde moraba la serpiente Pitón con la intención de matarla.
Leto, la madre de Apolo había sido perseguida en el pasado por la serpiente, enviada por Hera (Ya sabéis: rivalidades de los dioses griegos) y Apolo quería vengarla.
Al cuarto día de su nacimiento, en prueba de su precocidad, pidió un arco y unas flechas para dirigirse al Monte Parnaso donde moraba la serpiente Pitón con la intención de matarla.
Leto, la madre de Apolo había sido perseguida en el pasado por la serpiente, enviada por Hera (Ya sabéis: rivalidades de los dioses griegos) y Apolo quería vengarla.
Los Juegos
Panhelénicos tuvieron mucha importancia como lugar de encuentro de los
habitantes de las ciudades-estado griegas. Destacar entre ellos los Píticos,
los Olímpicos e incluso los juegos de Delfos, juegos funerarios en recuerdo de
Pitón.
Mas
adelante, en Delfos, Apolo se enfrentará a Pan y Marsias.
Así lo describe la
Mitología:
Atenea, uno
de los primeros luthiers conocido, construyó un día una flauta doble (aulós) con huesos de ciervo y la tocó
en uno de los múltiples banquetes que celebraban los dioses (Tafelmusik).
Hera y Afrodita se rieron
de ella durante la interpretación musical.
Molesta Atenea, dejó el
banquete y se fue al bosque para verse reflejada en el agua de un río mientras
soplaba la flauta.
Sintiéndose ridícula con la
cara hinchada y amoratada por el esfuerzo del soplo, tiró la flauta y pronunció
una maldición que caería sobre el que osara recogerla.
Marsias, un sátiro de la diosa
Cibeles, tuvo la mala suerte de encontrársela un día.
Al recojerla del suelo la flauta comenzó a sonar sola interpretando un
remedo de la música de Atenea.
Ante semejante prodigio
Marsias decidió engatusar, con su fingida interpretación, a todos los
campesinos de Frigia al tiempo que alardeaba de que ni Apolo con su lira podría componer mejor que
él.
Llegó la fanfarronada a los oídos de Apolo que lo retó en duelo musical.
El
vencedor podría hacer con el vencido lo que considerase oportuno.
Marsias
aceptó y el jurado fue compuesto por las Musas, ¡como no!
El veredicto de
aquellas fue de empate, hasta que Apolo le dijo al sátiro:
“-Te desafío a que hagas con tu instrumento lo que hago
yo: ponlo al revés y toca y canta al mismo tiempo-”.
Ante la imposibilidad de cantar y soplar la flauta, Marsias fue derrotado.
Apolo decidió desollarlo vivo y clavó su piel a un pino.
Ante la imposibilidad de cantar y soplar la flauta, Marsias fue derrotado.
Apolo decidió desollarlo vivo y clavó su piel a un pino.
Su segundo
concurso musical fue con Pan, ante la presidencia del rey Midas, que también
dio ganador a Apolo.
Desde entonces se convirtió en dios invencible de la música y su lira de siete cuerdas se hizo presente en todos los banquetes divinos.
Su victoria trasladada al plano histórico hizo que los instrumentos musicales de viento fuesen suprimidos y sustituidos por los de cuerda en Frigia y Arcadia tras las conquistas helénicas de ambas regiones.
Desde entonces se convirtió en dios invencible de la música y su lira de siete cuerdas se hizo presente en todos los banquetes divinos.
Su victoria trasladada al plano histórico hizo que los instrumentos musicales de viento fuesen suprimidos y sustituidos por los de cuerda en Frigia y Arcadia tras las conquistas helénicas de ambas regiones.
En la
Grecia clásica Apolo representó el dios de la matemática,
la medicina, la astronomía, la poesía, la filosofía y claro está, la música
¡
Cuántos conceptos implícitos en esta narración mitológica del significado de la música.
Así la música y su capacidad de acompañar a los comensales, la diferenciación entre la cuerda y el viento, la relación matemática de la música; su relación filosófica o astronómica.
Incorpora uno nuevo: su poder medicinal y por tanto curativo.
La música cura fìsicamente ayudando a que los humores fluyan armónicamente, cierren las heridas; pero también cura psicológicamente.
El origen de lo que hoy llamamos Musicoterapia.
¡
Cuántos conceptos implícitos en esta narración mitológica del significado de la música.
Así la música y su capacidad de acompañar a los comensales, la diferenciación entre la cuerda y el viento, la relación matemática de la música; su relación filosófica o astronómica.
Incorpora uno nuevo: su poder medicinal y por tanto curativo.
La música cura fìsicamente ayudando a que los humores fluyan armónicamente, cierren las heridas; pero también cura psicológicamente.
El origen de lo que hoy llamamos Musicoterapia.
Fuente: Manuel López-Benito
Ahora, podéis ver el vídeo del mito de Atenea y Marsias, pinchando en el siguiente enlace:
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