Eco era una joven ninfa, como un hada de los
bosques, parlanchina y alegre.
Pero un día, Juno, esposa de Júpiter, se sintió
molesta con su conversación y la condenó
a no poder hablar. Solo podría repetir el final de las frases que escuchara.
Eco, avergonzada, se recluyó en una cueva cerca de
un riachuelo.
Narciso era un muchacho muy bello; solía pasear
solo por el bosque y disfrutar de la naturaleza. Un día, pasó cerca de la cueva
donde vivía Eco.
Ella, al verlo, quedó embelesada y se enamoró perdidamente de
él.
Narciso repitió en otras ocasiones el mismo paseo.
Eco siempre le esperaba y le seguía a escondidas; hasta que, un día, al pisar
una ramita, el chasquido alertó a Narciso.
El joven se ocultó y esperó a que ella pasara.
Eco
palideció al ser descubierta y luego enrojeció cuando Narciso, enfadado, se
dirigió a ella:
—Pero, tú, ¿quién eres? No te atrevas a seguirme.
¿Es que piensas que estoy enamorado de ti? ¡Qué estúpida!
Eco salió huyendo.
Avergonzada y herida por el rechazo de Narciso, volvió a su cueva.
Allí
permaneció repitiendo en un susurro las últimas palabras que le había oído
decir a Narciso... «qué estúpida...», «qué estúpida...».
Y dicen que allí se consumió
de pena hasta convertirse en una roca de la cueva.
Desde entonces, todo el que
grita su nombre en una cueva o contra unas rocas, puede escuchar su voz
repitiendo en eco las últimas palabras, prisionera de aquel conjuro que tanto le
hizo sufrir.
Podéis ver el mito en el siguiente enlace:
Ahora, contesta:
¿Dónde has escuchado alguna vez el eco?
¿En qué consiste cantar en de eco?
5
No hay comentarios:
Publicar un comentario